Prefacio en prosa
No. Resueltamente no, porque si bien ha emprendido la práctica del soneto como un verdadero desafío a las rutinas versolibristas, también ha sabido renovar literalmente su modelo, de un modo muy sui generir, gracias, por ejemplo, al lenguaje "desarticulado" de Fundamento hsin.
Por otra parte, de manera más neutra que en ese libro, ha sabido darnos otros sonetos que, por su lenguaje y su temática, no son antiguos ni modernos, sino exactamente contemporáneos.
El remate lógico, la coronación de la larga familiaridad de Daniel Vera con el soneto, es sin duda Corona para los mares y maría. En efecto, este poema es un verdadero Hipersoneto, un Soneto de Sonetos, que se deriva, gracias a una simplificación, de esa Forma Fija tan compleja y sutil del Renacimiento italiano, la Corona de Sonetos, forma que hasta hoy nadie había practicado en castellano.
En las asonancias y consonancias de esta Corona, el tema más evidente (no romántico, sino petrarquista), es la "ausencia de maría", es decir el sujeto por excelencia de la poesía lírica: la amada ausente. Sin embargo, en Formas de la oración, ya habíamos visto aparecer una "inédita quimera/de amante sin amada", que no correspondía necesariamente a nada ni a nadie: a nada fuera del discurso, de la oración.
En suma, este tema elegíaco, el mismo que guió la composición de El Cuervo, ha sido escogido quizás de manera tan deliberada y tan poco autobiográfica como la de Poe. Poco importa, en todo caso, porque el haberlo escogido indica una intención, la de escribir, sobre una estructura extremadamente rigurosa, una poesía de apariencia espontánea y grave, es decir el tipo de lectura que espera encontrar el lector ingenuo. Y esa lectura vale tanto como la otra.
Bernardo Schiavetta
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