sábado, 1 de enero de 2011

Valeriana 2

¿Y no decir entonces que la sombra
De tinta en el papel marca la ausencia
De no sé qué recóndita presencia
Y que por eso mismo no la nombra?

Quizás hay sólo sombra. Sólo sombra
De nada, que no alcanza a ser ausencia,
Porque no hubo ni hay una presencia,
Sino anhelo y temor que no se nombra.

Nombres, no digo falsos, meros nombres
De sueños o ilusiones de los hombres,

Sugerencias apenas de quién sabe
Qué registro ancestral, imaginario
De curso sin recurso y sin horario.
Llegarán a invención, si es que les cabe.

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