I
Por orígenes, nada.
Por fines, hombre muerto.
Camino mi desierto
con carne deslumbrada
por luz enamorada
de mujer. Desatino
se reduce: destino.
Nada. Muerte. Y en medio
palabras con asedio
de tenue amor marino.
a
Lejos mar y tan lejos
de cielo cuánto mar
mira y mira mirar
cielo y mar: sus espejos.
b
Memoria de María.
De tal vez y quizás
no recuerdo. ¿Qué más?
Mares de me-moría.
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