jueves, 20 de septiembre de 2012

Vera y Mago

A

Algo cómico Vera, nada aciago,
Pasa por viejo, casi por antiguo.
Divisible por mil, pero no ambiguo:
Más bien indefinidamente vago.

¿Qué imagen hace uno Vera y Mago?
Quizás la que está ausente; rastro exiguo
Perdido en multitud. (Pero averiguo
Lo que sé que no sé. Tenaz indago

Tiempo y espacio, signos de memoria.
Inútil busca llevo: no aparece
Verónica) . Difusa luz, escoria

Sobre sombras pretéritas se mece.
En cualquiera de ellas, ya ilusoria,
La luz, la misma luz, se hunde y perece.


B

Rastro ni rostro fidedigno ostenta.
Desvíos por desvíos multiplica.
Imagen con imágenes explica,
Pero verdad ninguna representa.

Huye. Y en ese huir quieto se sienta.
Fuga y no fuga. Nada significa,
Porque se sigue todo, y esto implica,
Junto con la veraz, la fraudulenta

Imagen del autor. Un solo Uno,
Que no obstante se ve como cualquiera.
Indiscernible alguno por alguno

De tantos infinitos. Se dijera
Que entre número innúmero es ninguno
Y sin imagen va por tanto Vera.


C

Para ser o no ser iconoclasta
Y no por eso ser desemejante
En su larga constancia de inconstante
No mirar su mirada no le basta.

Sus ojos sin embargo poco gasta.
Olvido su memoria, por delante
tiene un silencio lúcido y brillante.
Distancias enigmáticas devasta

Por no saber cuál es la verdadera
Imagen. ¿Ha de ser una o ninguna?
A todas las celebra y a cualquiera.

Largo el dilema, breve la fortuna
Y la dicha posible es esa espera
Mira la luz del sol noches de luna.


D

Imagen no es Imagen Verdadera
Por definición. Pero semejanza
Se ofrece sin imagen: Su balanza
Gradúa con la ausencia. Pareciera

Que no tener imagen se pondera
Como bien superior, y su alabanza
Con obscuras metáforas alcanza
Monumentos enfáticos. Manera

No tiene de saber lo que hay de cierto,
Si saber es imagen positiva.
No ha de ser, por supuesto, nada muerto

Lo que dice tenaz palabra viva.
Y no ha de ser ni sombra ni desierto
Sino omisión mayor y más furtiva.


E

Nunca visto sudario que sudara
La imagen verdadera, fiel y suya.
Lo menos por decir, mientras no huya
Como la luz que huye de su cara

O sólo se diluye y se separa
De cualquier relación que se atribuya
Parecer con su ser o que la incluya
En algo que con algo se compara.

Más bien es nada. Nada parecido.
De presunta Verónica ni seña.
Y no será. Y no es. Y nunca ha sido.

Humo. Ceniza. Llama. Fuego. Leña.
Pero un único símbolo perdido
del rastro de su rostro lo desdeña.


F

No soy, pero tampoco me imagino
Ser imagen alguna. Magia breve
Sin medio que la traiga o que la lleve
Hasta alcanzar la forma del destino.

Pero el ojo distingue su camino
Y camina por él, porque se atreve
A no tener siquiera signo leve
De favor demoníaco o divino.

No soy, entonces, símil ni facsímil
Visible ni invisible. Pero veo
(y resulta metáfora, no símil)

Victoria tras victoria. Balbuceo
Lengua de incierta fábula. Disímil
Deseo de deseo. Y su trofeo.


G

Ser o no ser. Mejor: ser y no ser
Visión, fantasma, sombra, aparecido.
Ser pero nunca imagen, y no sido
No ser neto en imagen darse a ver.

Lo describe y no muestra parecer
Su dialéctica equívoca. Se ha perdido
En mirada despierta ojo dormido.
No será lo que sea. No tener,

Por lo tanto, otra fórmula que esta:
Es lo que no se ve cuando se mira.
Es pregunta que sirve de respuesta:

Muestra lo que no sabe y lo que admira,
Porque luce su duelo como fiesta
Y cuando se aproxima, se retira.


H

Otra Alicia. La Alicia del espejo.
Memoria que mirada se deforma
Y no sólo inversión tiene por norma,
Sino todos los giros del reflejo.

De todos y de nadie tiene un dejo
Y no calza su pie ninguna horma.
No tiene imagen, aunque tiene forma
Propia, más bien asombro de perplejo.

Mira sin ver. Ve sin mirar: despojos
De antiguas guerras: Triunfos y también
Derrotas. Nada más hallan sus ojos.

Alicia, para mal o para bien
Se esconde hasta en sus mínimos antojos.
Llega a ser alguien, pero ignora quién.


I
De ser alguna imagen enemiga
A no ser una imagen verdadera
No hay un ínfimo espacio y no se espera
Que por causa o razón alguien consiga

Imagen de verdad también amiga.
Es, por lo tanto, utópica quimera
O bien (o mal) irónica manera
De ser o de no ser lo que se diga

Sin que una paradoja lo limite.
Imitación tampoco corresponde:
Imagen imagina, no repite.

¿Qué, por qué, cómo, quién, cuándo ni dónde
No sabe no saber (y no lo admite)
Ni tiene fundación que no desfonde?


J

Ver o no ver- Ser visto. No ser visto.
Ser y nada. Los ojos del infierno.
Huis clos. Son los demás. Ninguno tierno.
Ellos ven que me ven: por tanto, existo.

Existo como cosa, luego disto
De aceptar su dictamen. Y me cierno
Sobre ellos y mirándolos gobierno
Su existencia de objetos. Imprevisto:

Yo veo a quien me ve como me ve.
Cada uno para otro. Para mí
No es para sí. Eso es todo lo que sé.

Yo no soy para mí en su para sí.
Imagen es defecto. Se hace qué,
Pero es falta de quién, ahí y así.


K

Una supuesta imagen. Por supuesto:
Con la marca del tiempo, ese detalle
Que lo acompaña impávido, se halle
Donde se halle. Detalle, quizás gesto,

Pero nunca carácter. Mero resto
con que marcan sus pasos sierra y valle.
Notas al pie, memorias de la calle.
Otra imagen persigue deshonesto

Su anhelo paradójico: un retrato
Sin tiempo, que reuniera sus edades
En una sola máscara. Arrebato

De inútiles imposibilidades.
A nadie se concede ese formato
Mientras habita efímeras ciudades.


L

Río inmóvil. Imagen fugitiva.
La eternidad del tiempo es el espejo
Donde busca impaciente ese reflejo
Que devuelva a sus ojos, cierta y viva,

La imagen imposible que objetiva
Sus pulsiones más íntimas. Perplejo
Ve como se diluye ese bosquejo
En borrones de sombra subjetiva.

Fracasa imaginario Paraíso
De sujeto y objeto conciliados.
Lo que alcanza no es uno ni preciso.

Pero sus rasgos son afortunados:
No se cumple destino de Narciso
Ni se cuenta entre tantos ahogados.


M

Humor menos agudo que siniestro.
Como bien dice: cómico y obtuso.
Como mal dice: recto y sin abuso
De ángulos favorables. Gran maestro

De absurdo y sinrazón, pasa por diestro
En malabares lógicos al uso
O más bien en dialéctico y confuso
Decir, por no decir aire sin estro.

¿De que modo buscar lo que no existe?
Filosofar alcanza y tal vez sobra
Para ir tras de no ser que de ser viste

Y usurpa fama y nombre. Dicho y obra
Son en tal caso nada que persiste
Si el lenguaje de sí no se recobra.


N

No conozco la imagen verdadera,
La que Dios, de mirar, hubiera visto.
"Me ves", yo le diría, "luego existo",
Si tal ser percibido se cumpliera.

Otros me ven. Vería, si quisiera,
También yo mis imágenes. Insisto:
Ninguna verdadera. No estoy listo
Para ver el que soy, aquel que era

Y el otro que será con la mirada
Singular y apodíctica de Dios.
No veo lo que vi. No veré nada

Siquiera parecido: voy en pos
De Quimera que al ser interrogada
Se mira en mí, y en tí y en sí y adiós.